Preguntas frecuentes (y algunas nociones básicas de argumentación)

¿De qué va este blog?
En Malos Argumentos analizamos y desmontamos críticamente los malos argumentos utilizados por políticos, periodistas, medios de comunicación... e incluso por ciudadanos de a pie. Este blog es [aspira a ser] como el fact check de Ana Pastor, pero aplicado a argumentos en lugar de a afirmaciones.

Si tienes alguna duda, pregunta o comentario, no dudes en contactar a través de Twitter (@malosargumentos) o enviando un correo a malosargumentos@gmail.com


¿Quién está detrás de todo esto?
Este tinglado lo intenta llevar Germán (@germanmedinaprz), un estudiante de periodismo de Murcia.


¿Qué significa lo de que es “como el fact check de Ana Pastor"?
En la prueba de verificación del programa El Objetivo, de Ana Pastor, lo que se somete a análisis son afirmaciones (generalmente pronunciadas por políticos), como, por ejemplo, "España es el país que más está creciendo de la Unión Europea", para, tras un trabajo de investigación, poder saber si esa afirmación es verdadera o falsa (o una media verdad).
En cambio, en este blog, lo que se somete a análisis son argumentos (utilizados por políticos, periodistas... pero también por personas “normales y corrientes” muchas otras veces), como, por ejemplo, "El toreo no es éticamente reprochable, puesto que es una tradición", para, tras una reflexión crítica, poder saber si ese argumento es bueno o malo.

En otras palabras, si en el programa El Objetivo se trata de contestar a la pregunta "Esta persona, ¿dice la verdad o miente?", aquí intentaremos dar respuesta a la cuestión "¿Es bueno o malo el argumento que ha utilizado esta persona?", o, sirviéndonos de una terminología más apropiada, "¿Es razonable o no el argumento que ha utilizado esta persona?”.
Todo ello, además, de la forma más didáctica, clara y sencilla posible.


Pero, ¿qué es un argumento? (ATENCIÓN: aquí comienza el ladrillo)
La lógica clásica nos dice que un argumento es un conjunto de proposiciones: una de ellas es la conclusión y el resto son las premisas. Seguro que te suena el siguiente esquema de alguna clase de filosofía del instituto:


Todos los hombres son mortales
Sócrates es un hombre
–––––––––––––––––––––––––
(Por lo tanto) Sócrates es mortal


Pues bien, se trata de un perfecto ejemplo de argumento (un buen argumento, ya que estamos), en el que encontramos tres proposiciones: “Sócrates es mortal” sería la conclusión, y “Todos los hombres son mortales” y “Sócrates es un hombre” las premisas.
Veamos otro ejemplo:


El toreo es una tradición
–––––––––––––––––––
(Por lo tanto) El toreo no es éticamente reprochable


En este caso tenemos dos proposiciones: “El toreo no es éticamente reprochable” sería la conclusión, y “El toreo es una tradición” la (única) premisa. (Para que un argumento sea considerado como tal es imprescindible que conste de al menos una premisa y, por supuesto, una conclusión).
Como habrás podido observar, esos dos últimos enunciados separados por una línea vienen a significar lo mismo que el enunciado “El toreo no es éticamente reprochable, puesto que es una tradición” de unos párrafos más arriba (que también podríamos haber enunciado como “El toreo es una tradición, por lo que no es éticamente reprochable”). Las tres cosas son el mismo argumento, solo que con el formato de la línea en medio (que, obviamente, nadie ofrece cuando discute con otra persona, escribe un artículo, etc.) podemos ver con mayor claridad su estructura lógica, sobre todo si el argumento está compuesto de muchas premisas.


No termino de entenderlo, ¿podrías explicarlo de otra manera?
Bueno, venga. Al fin y al cabo, saber que tal parte se denomina premisa o tal otra conclusión es lo de menos a la hora de aprender a reflexionar críticamente sobre lo que leemos o escuchamos...
Lo que sí que debemos tener claro es que un argumento no es otra cosa que una opinión que se sostiene con razones. Y si lo representáramos esquemáticamente (con el formato de la línea en medio), nos daríamos cuenta de que la opinión coincide con la conclusión, y las razones con las premisas. Tan sencillo como eso.
Volviendo al ejemplo de antes, una persona que dijera “el toreo no es éticamente reprochable, puesto que es una tradición” estaría argumentando (más adelante entraremos en si bien o mal), ya que hay tanto una opinión (“el toreo no es éticamente reprochable”) como una razón ("es una tradición”).


Y a mí, ¿por qué debería interesarme todo esto?
Pues porque lo de dar y recibir razones es algo que, pese a lo que se pueda creer, ocupa un papel absolutamente central en nuestra vida cotidiana: utilizan argumentos los políticos en el Congreso, los tertulianos en los debates, los periodistas en sus artículos, los obispos, los publicistas, los científicos, los filósofos, los tuiteros, el cuñao del bar, unos amigos que charlan, una pareja que discute, un adolescente que quiere convencer a sus padres, unos padres que quieren convencer a su hijo, o incluso uno consigo mismo cuando tiene que tomar una decisión...
Y buena parte de esos argumentos que inundan nuestro día a día son, para desgracia de la sociedad (¡pero fortuna de este blog!), malos argumentos, por lo que aprender a detectarlos puede ahorrarnos muchos problemas: primero, porque así no nos podrá engañar nadie; y segundo, porque así ni nos engañaremos ni engañaremos a nadie (aunque sea de forma completamente inconsciente o no intencionada).


¿Y qué es un mal argumento?
Un mal argumento es… Bueno, la verdad es que un ejemplo vale más que mil definiciones:

“El toreo no es éticamente reprochable, puesto que es una tradición”.

Efectivamente, se trata de un mal argumento, como seguro muchos venían sospechando desde el principio. No obstante, la clave no está tanto (o no solo) en sospechar, intuir, tener la sensación… de que un argumento es malo, sino en saber, entender por qué es malo.
Ese es el propósito principal de este blog: indicar que x persona ha utilizado un mal argumento, sí, pero sobre todo explicar por qué es un mal argumento.


¿Por qué es malo el argumento protaurino?

a) Explicación sencilla (y refutación):
Que algo se haga desde antiguo no implica que ese algo sea éticamente correcto. También era tradición que la mujer se quedara en casa cuidando de los hijos… por no hablar de los duelos de honor, los matrimonios concertados, dar a luz sin anestesia, el trabajo infantil, la esclavitud, los sacrificios de humanos para apaciguar a los dioses, la quema de herejes, etc.

b) Explicación más técnica:
Se trata de un ejemplo de argumento falaz: en concreto, se comete la falacia de apelación a la tradición (o, en latín, que queda mucho más pedante mejor, falacia ad antiquitatem).

Veamos otro ejemplo de argumento malo y su explicación:

“La homosexualidad no es natural (antinatural), luego es inmoral”.

a) Explicación sencilla (y refutación):
Que algo no sea natural no significa que sea inmoral/malo. De aceptar esa tesis tendríamos que considerar también como éticamente reprochables la monogamia, tener sexo con preservativo (sin fines reproductivos), los juegos eróticos preliminares, casarse, usar medicamentos, escribir, leer o utilizar ropa, pues son cosas que no encontramos en la naturaleza.
Del mismo modo, que algo sea natural tampoco implica que sea bueno: son naturales los hongos venenosos, las operaciones médicas sin anestesia, e incluso que los hombres sean depredadores sexuales…

b) Explicación más técnica:
Se trata de un ejemplo de argumento falaz: en concreto, se comete la falacia naturalista (falacia ad naturam).

(NOTA: también se podría atacar el argumento señalando la imprecisión de lo que se entiende por “natural”, o incluso refutando directamente la premisa que afirma que no existe la homosexualidad en la naturaleza, pero lo cierto es que todo esto resulta innecesario una vez hemos rechazado el argumento por la vía antes expuesta).

Por último, un tercer ejemplo de mal argumento y su explicación:

“La unión entre dos hombres no se puede llamar matrimonio, ya que la palabra matrimonio viene de mater, que significa madre”.

a) Explicación sencilla (y refutación):
El significado actual de un término no viene fijado por su significado etimológico. Si así fuera, si nos rigiéramos por la etimología para determinar los alcances de una institución jurídica, el ‘patrimonio’ y la ‘patria potestad’, al proceder de pater, deberían ser exclusivos de los varones, como de hecho lo eran antiguamente.

b) Explicación más técnica:
Se trata de un ejemplo de argumento falaz: en concreto, se comete la falacia etimológica.


¿Es lo mismo un argumento malo que un argumento falaz?
Sí. Tanto argumento malo como argumento falaz, falacia, falacia lógica o argumento no razonable son palabras que se pueden utilizar como sinónimos.

Es verdad que conocer lo que es una falacia lógica y sus tipos (desde el enfoque etiqueta-descripción con que se suelen enseñar en los típicos manuales, libros y páginas web sobre el tema) puede ser útil para aprender a detectar malos argumentos. Sin embargo, no será este el enfoque principal del blog, pues se corre el riesgo de caer en el fallacymongering, la obsesión por desenmascarar las falacias ajenas a partir de un conocimiento superficial de las mismas. Por otro lado, como bien dice Ricardo García Damborena en el libro Uso de razón:

Lo peor que se puede hacer es emplear la palabra falacia o agitar latinajos. A nadie le gusta que le acusen de falaz. Es un término cuasi insultante que tal vez suscite algún arrepentimiento contrito pero que, generalmente, provoca un contraataque feroz e irracional que puede hundir el debate. Existen vías más sutiles para informar a los contrincantes de que han resbalado en su razonamiento. No merece la pena malgastar tiempo en una descripción técnica del error que, como los latines, no entenderá nadie.


Me ha picado la curiosidad, ¿ahora qué hago?
Hay algunas webs y unos cuantos libros muy interesantes (y amenos) sobre argumentación, falacias y lógica informal:

1. Vídeos:
-Dos conferencias sobre qué son las falacias lógicas, con numerosos ejemplos:
a) https://www.youtube.com/watch?v=7IKGTs4yo_w
b) https://www.youtube.com/watch?v=ONzLVCRreW4

2. Webs:
-Plantilla de la Wikipedia con 13 falacias muy comunes (están listadas en el cuadro que aparece en la derecha): https://es.wikipedia.org/wiki/Argumento_a_silentio
-Dos artículos de un mismo blog con numerosos ejemplos de falacias lógicas:
a) http://vicisitudysordidez.blogspot.com.es/2010/09/el-post-epico-sobre-las-falacias.html 
b) http://vicisitudysordidez.blogspot.com.es/2010/11/el-post-epico-de-las-falacias-logicas.html
-Blog con bastantes artículos en los que se explican los diferentes tipos de falacias, con muchos ejemplos prácticos: http://falaci.blogspot.com.es/

3. Libros (muy recomendables):
-Diccionario de falacias (dentro del libro Uso de razón), de Ricardo García Damborenea [Disponible para su lectura online en: http://www.usoderazon.com/conten/arca/ARCAPDFCOMPLETO.pdf].
-¿Se creen que somos tontos?, de Julian Baggini.
-La guerra de las falacias, de Manuel Atienza.
-Las trampas de Circe: falacias lógicas y argumentación informal, de Montserrat Bordes Solanas (OJO: nivel medio-alto).